Ascendente en Acuario

Imelda Brennand
Alumna de la escuela

El siguiente trabajo es parte de la desgravación de una clase práctica, donde Imelda estaba leyendo la Carta natal de una compañera. Como surgieron imágenes que consideramos valiosas para este Ascendente, hemos decidido brindarles este material, reiterando que es sólo una mínima parte del trabajo desarrollado en clase. El signo Ascendente es tan importante como el solar. Es el tipo de energía que te recibió el día que naciste (dice Imelda), ayudó a configurar tu máscara o personalidad en este caso acuarianas, y que luego determinará un destino básico para que puedas introyectarlo. Es el signo que debés reconocer y reaprender a través de circunstancias y experiencias que te va a traer la vida (el destino). La naturaleza de un Ascendente en Acuario, sobre todo operando como máscara, es que tienden a mostrarse desapegados, transparentes, directos y espontáneos, y anhelan libertad y espacio por sobre todas las cosas. También arrastran, en muchos casos, una dosis importante de soberbia, representada en este caso, por Leo en el Descendente. Quizá s te has topado con gente arrogante, soberbia, segura de sí misma y te decías para tus adentros «¡qué vanidosos son!». Como te dije al principio, la lectura de la carta nos muestra como somos en realidad y poder reconocer lo propio, dejando de proyectar, nos ayuda a madurar y a ser responsables de nuestros actos. Lo que te mencioné recién como tu Descendente, (también conocido como «la espalda»), es lo que se tiende a no ver ni reconocer. Todos tenemos la tendencia a proyectar nuestro signo descendente en otro, y nos cuesta ver a esos personajes como algo propio. En el camino de autoconocimiento es indispensable poder llegar a ver que eso que estamos proyectando nos pertenece. Yo te imaginé (por tu Ascendente en Acuario) como un ave, muy bella y agraciada como tu Sol en Libra. Pensé en una golondrina: si las observamos, siempre está n volando y planeando con las corrientes aéreas, bien alto en el cielo. Al verlas dan una sensación de libertad y desapego, igual que estar volando en un planeador (nunca volé uno pero es lo que siento al verlas). Después te imaginé volando en un avión de diplomáticos, un Lear Jet, elegante, cómodo. Pero este avión que está preparado para volar alto y rá pido, cuando despega y trata de elevarse, no puede hacerlo porque hay algo que lo retiene a la tierra. ¿Qué es lo que lo retiene? Son dos anclas que caen cuando el avión trata de levantar vuelo. Una de las anclas representa la exigencia: hay un principio de autoridad que es inalcanzable; algo que exige y crea la sensación de que nunca se logra satisfacer a esa demanda externa. El otro ancla son los mandatos representados sobre todo por el árbol genealógico, con férreas estructuras, disciplina, rigidez, «el deber ante todo» antes que uno mismo inclusive-, sumado a logros sociales y económicos. Predomina, incluso a un nivel subliminal, la noción ¡e imposición! de jerarquías inamovibles e inapelables (correspondiendo éstas a diferentes grados de autoridad). Me estoy refiriendo a Capricornio en tu Casa XII. Todo Ascendente en Acuario deberá librar una batalla, prácticamente durante toda la vida, aunque en niveles cada vez más sutiles, con la energía capricorniana que conlleva códigos sumamente rígidos, propios y heredados.

En la Casa XII hay un programa de vida que implica estar con un manual de instrucciones, que se va leyendo desde que el día que naciste, y donde figuran todos los pasos a seguir, como por ejemplo, un buen colegio, una buena educación en el medio social adecuado, convertirte en alguien, tener éxito, o, por lo menos, tener casa propia, casarte y tener hijos. Logros a través de tiempos y códigos muy precisos. Si. Naciste con el código de leyes debajo del brazo (otros nacen con un pan debajo del brazo) y todo el entorno va a presionar para que no transgredas absolutamente nada. Ser alguien: éste es el mandato. Por eso te imaginé volando un planeador (o como una golondrina o un águila) que pueden surcar las estrellas, sin ataduras, con conciencia de red, de grupo, pero donde cada individuo mantiene y sostiene su absoluta independencia, libertad e individualidad. Para un ascendente en Acuario estudiar astrología es muy revelador, ya que los ayuda a acceder al punto de la paradoja (significada por Urano, su regente), donde se comprende que nada es ni bueno ni malo, que todo es, simplemente. La paradoja es el punto donde se concilian los opuestos; es un punto virtual, un lugar en la conciencia. Urano, el Señor de la Sincronicidad y del sexto chakra (o tercer ojo) te enseñará a vivir el hoy, el aquí, el ahora, el presente absoluto.

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