PROCESOS ALQUÍMICOS KIRONIANOS
El pharmakos: Veneno y antídoto – El chivo expiatorio
Antes de abordar el tema de la presente nota quisiera hacer una presentación del arquetipo kironiano. (Para mayor información ver el artículo de la autora publicado en Medium Coeli, número 13)
Me parece indispensable considerar el tema mítico correspondiente (madame Blavatsky llamó a la Mitología «el lenguaje velado del alma»), ya que nos proporciona un maravilloso material para establecer analogías y para descubrir el hilo conductor que vincula a los diferentes planetas – arquetipos entre sí.
Por razones de espacio no voy a relatar el mito completo, sino sólo recordaré que al nacer Kirón fue abandonado por sus padres, Cronos y Fílira, y que Apolo fue su tutor y mentor. Precisamente, uno de los significadores del arquetipo kironiano, común a todo el género humano, es el sentimiento de abandono y de rechazo. Fue guía, médico e instructor de muchos héroes, semidioses y mortales. También debemos tener presente que Hércules lo hirió accidentalmente en un anca con una flecha envenenada con sangre de la Hidra. Si bien esta herida no lo mató, ya que era un inmortal, le ocasionó terribles dolores; de allí surge la imagen del Sanador Herido , con la que se lo reconoce.
Mencionemos también que muchos astrólogos lo consideramos regente exotérico de Virgo y esotérico de Sagitario (*).
Cada planeta tiene una función reconocida, que responde a uno de los Principios Primordiales enunciados hace ya milenios.
La función de Kirón es la de reunir las siguientes triplicidades:
• Sanador : Nivel suprahumano dioses intuición redención – sanación
• Victimario : Nivel humano hombres intelecto verdugo–venganza
• Víctima : Nivel infrahumano animales instinto chivo expiatorio
Con dichas figuras arquetípicas establecemos relaciones analógicas en ambos sentidos, vertical y horizontal.
Es tal la complejidad de este nivel evolutivo, representado cósmicamente por el cuerpo celeste que llamamos Kirón, que demanda al docente varias clases su presentación, comprensión y aplicación en Cartas natales. Sugiero, como lectura introductoria, «Simbolismo y Significado de Kirón» de Melanie Reinhart, en el cual se analizan algunas de las asociaciones enunciadas anteriormente.
Este planeta completa su traslación alrededor del Sol en casi 50 años, enlazando con su órbita extremadamente elíptica, al último planeta de la pirámide caldea, Saturno, con el primero de los transpersonales, Urano. Se constituye así en un nexo o puente, tanto físico como psíquico y energético, entre dos dimensiones planetarias cualitativamente tan diferentes.
Si bien Kirón establece una estrecha relación con cada uno de los planetas transaturninos, aquí sólo consideraremos su vínculo con Plutón.
A través del aspecto Victimario de Kirón, que es esencialmente marciano-plutoniano, el individuo contacta con su verdugo interior. Suele ocurrir que, por temor e inhibiciones introyectadas por el medio ambiente, este verdugo opere hacia el propio interno, produciendo el temido, conocido y recurrente autoboicot.
Por el contrario, si una persona se ha identificado y actúa este polo (el del Victimario) , proyectará inevitablemente al otro sobre su entorno, atrayendo y sintiéndose atraída por alguien que actúe la Víctima o Sometido. La Víctima kironiana es una suerte de chivo expiatorio, que, al aceptar un rol aparentemente pasivo, cae irremediablemente en el síndrome del martirologio, expiando culpas, propias o ajenas, y soportando sutiles o terribles humillaciones (**). Mientras permanezca en la culpa y la baja autoestima, que la llevan hacia la autodenigración, la persona estará sujeta a vínculos perversos y dañinos.
Inmolar algún aspecto para salvar el pellejo, es la típica actitud de la Víctima , quien, además, gestará y alimentará el deseo de vengarse de su Victimario proyectivo, de modo solapado o manifiesto.
Si lograra exteriorizar su rencor, en realidad ya estaría repolarizándose hacia el polo Victimario o Heridor (extremo que detenta el poder y esgrime la espada). Pero mientras esté sosteniendo su rol de Víctima continuará alimentando al otro con su propia energía.
Es importante destacar que el vaivén siempre es un indicador de que se ha comenzado a superar la fijeza de la identificación y se ha iniciado el proceso de autosanación.
Dice René Girard: «El sacrificio siempre ha sido definido como una mediación entre un sacrificador y una divinidad.» 1 La Víctima ocupa este lugar de mediador, del mismo modo que los animales sacrificiales de antaño y las aún vigentes corridas de toros y riñas de gallos son facilitadores de la catarsis colectiva de la violencia. Ha cedido su poder a algún dios (el Victimario , que al mismo tiempo oficia de sacrificador), y siente que es imperioso calmar su ira, para lo cual sacrificará algo propio, más o menos preciado.
Si observamos el gráfico superior, veremos que la Víctima se corresponde con el nivel infrahumano y está asociado al animal y al instinto. Resulta, por lo tanto, perentorio volver a establecer un contacto «visceral» con la propia corporeidad, para despertar al instinto, que al estar tan aletargado no puede detectar el peligro.
Debemos advertir que la Víctima también está usando a otro como un instrumento de proyección de su propio aspecto Victimario , convirtiéndolo así en un chivo expiatorio de su propia violencia no manifestada.
Los pares polares coexisten siempre, aunque la conciencia no pueda reconocerlos como tales.
De la dupla mencionada, Víctima – Victimario , lo más frecuente es identificarse con la primera y proyectar a la segunda sobre alguien que, por supuesto, detente el poder, Plutón, y la espada, Marte. Estos dos arquetipos coexisten en el aspecto Victimario , ya que Marte opera como una octava inferior de Plutón.
Todo Sometido – Víctima tiene a Marte en sombra. Allí permanece, alimentado con resentimiento y rencor, incapaz de blandir la espada para cortar una relación perversa, no sólo con una persona determinada, sino con el mundo en general. El contacto con Marte posibilita una acción directa y expeditiva, cortando de un solo golpe una situación que se ha convertido en un asfixiante nudo gordiano. En cambio cuando la propia energía plutoniana no se ha hecho consciente, el deseo de venganza puede convertirse en solapado e infinito.
Sobre Marte: «Una vez que se ha despertado, el deseo de violencia provoca cambios corporales que preparan a los hombres para el combate. Esta disposición violenta tiene una determinada duración. No hay que verla como un simple reflejo que interrumpiría sus efectos tan pronto como el estímulo deje de actuar.
Sólo es posible engañar a la violencia en la medida de que no se la prive de cualquier salida, o se le ofrezca algo que llevarse a la boca (para morder y descargar esta energía) » 1
Muchas veces el rencor, producto de las humillaciones sufridas, se derrama como hiel sobre el organismo causando diversas enfermedades, de las cuales las más graves son las autoinmunes y el cáncer.
Es necesario proveerse de objetos de recambio para canalizar la violencia: actividad física adecuada y descargas apropiadas a la intensidad de la ira, evitando de este modo somatizarla. Como no resulta fácil actuar adecuadamente la energía marciana, se la suele proyectar sobre el entorno, creando así otra calidad de chivos expiatorios: los que se hacen cargo de la violencia colectiva, tomando un arma y disparando a mansalva e indiscriminadamente sobre la multitud. Estas personas suelen tener barreras psíquicas (Saturno) muy endebles, que facilitan el ingreso a sus mentes de material tóxico del Inconsciente Colectivo, enloqueciendo transitoria o definitivamente.
Kirón es el Sanador herido , y en la Carta Natal indica las características de la herida que traemos en el alma, y también qué tendemos a inmolar «para no molestar a los dioses».
Como dijo Giles Deleuze: «La herida es previa. Uno sólo viene a encarnarla».
Pero simultáneamente uno trae consigo la posibilidad, desde un esfuerzo consciente, de sanar dicha herida. Kirón representa un principio homeopático por excelencia: «Similia similibus curantur (Lo similar cura lo similar); parafraseando, podemos decir que el efecto sólo puede curarse indagando y exponiendo la causa.
Su signo, Casa y aspectos describen con precisión la naturaleza de la herida del alma, y tienen también las llaves para la autosanación, tema que desarrollaremos en la próxima nota.
Kirón, como regente de Virgo, está vinculado con la Casa VI ; es en esta área donde nuestros desequilibrios psíquico – emocionales se purgan a través de la enfermedad.
Este arquetipo, tan estrechamente relacionado con la homeopatía, puede inclinarnos gradualmente hacia terapias alternativas, reemplazando las vigentes que, en su mayoría, intentan simplemente paliar el síntoma, en lugar de ubicar su origen.
» Pharmakos significa veneno y antídoto en antiguo griego; es el mal y el remedio, y, finalmente, toda sustancia capaz de ejercer una acción muy favorable o muy desfavorable, según los casos, las circunstancias, las dosis utilizadas; el pharmakos es la droga mágica o farmacéutica ambigua, cuya manipulación deben dejar los hombres normales a los que gozan de conocimientos excepcionales y no muy naturales, sacerdotes, magos, chamanes, médicos, etc.» 1
El pharmakos es tanto veneno como antídoto: para que el primero transmute en el segundo es necesario permanecer en el dolor intenso que resulta de vernos tal cual somos, sin máscaras ni falsas autoidentificaciones. En Alquimia a esta instancia se la conoce como Calcinatio: sufrir el tormento del fuego de las pasiones intensas, homologado al infierno o al purgatorio, para poder purificar nuestras miserias egoicas.
El fuego es el gran agente de transmutación, ya que se ocupa de quemar todo lo que se ha convertido en inútil para nuestra evolución.
El haber atravesado un proceso alquímico confiere cierto grado de inmunidad. Convertirse en inmune significa haber estado expuesto antes a: violencia, despotismo, ira, envidia, codicia, etc., propia o ajena, y haber sobrevivido a la experiencia.
Las vacunas ( léase resistencias) sólo evitan la experiencia.
Podemos establecer una analogía entre la caza de microbios y la caza de brujas: en ambas el mal está afuera ¡y el responsable de lo que nos ocurre también!.
Los mecanismos de control, vinculados con dicha resistencia, están representados sobretodo por Plutón y Saturno. Cuando existe una relación tensa entre ambos planetas, los controles se incrementan hasta llegar a formar corazas impenetrables, hasta para la propia conciencia. La resistencia a «ver» alcanzará tal magnitud, que la tensión producida precipitará crisis que demandarán cada vez soluciones más drásticas, hasta producir, en algunos casos, el colapso total de las estructuras. «Cuanto más aguda la crisis más preciosa debe ser la víctima». 1
Dejar caer las corazas implica que se revele el dolor que latía oculto, ocasionando altos niveles de sufrimiento (Calcinatio), similares al abrir un absceso enquistado.
En esta dinámica también suelen darse diversos grados de represión de la sexualidad, muchas veces relacionada con el temor a la violencia, propia o ajena : «La estrecha relación entre sexualidad y violencia, herencia común en todas las religiones, se apoya en un conjunto de convergencias bastante impresionante. Con mucha frecuencia la sexualidad tiene que ver con la violencia, tanto en sus manifestaciones inmediatas (rapto, violación, desfloración, sadismo, etc.) como en sus consecuencias más lejanas. La sexualidad provoca innumerables querellas, celos, rencores y batallas… Al negarse a admitir esta asociación…los modernos intentan demostrar su «amplitud de espíritu» (pasar al Sanador sin reconocer los otros dos polos); se trata de una fuente de ignorancia que convendría tener en cuenta. Hay que observar que el deslizamiento de la violencia hacia la sexualidad y viceversa, se efectúa con gran facilidad en ambos sentidos, incluso en las personas más «normales» y sin que sea necesario invocar la menor «perversión». La sexualidad contrariada desemboca en la violencia. La excitación sexual y la violencia se anuncian un poco de la misma forma.» 1
La amorosa y redentora figura del Sanador sólo emergerá cuando el individuo pueda reconocer la tracción y oscilación que se produce entre su Víctima y Victimario internos; así el ego dejará de identificarse con uno de ellos y de proyectar al otro sobre el entorno. Mientras tanto, el Sanador es tan sólo una fantasía, o, lo que es peor, un producto de la infatuación del ego.
Kirón, en su función sanadora, nos induce, vía Marte – Plutón, a abrir la herida que traemos en el alma, permitiendo que el dolor que allí se aloja, cuidadosamente oculto, se haga consciente, evitándose, de este modo, que drene sobre la psiquis como un corrosivo y letal líquido. Para poder resistir este proceso y descubrir el origen de este profundo dolor, muchas veces es indispensable el auxilio de terapeutas, guías o chamanes. En la mayoría de los casos, es imprescindible estudiar cuidadosamente a la familia, para ubicar el tema arquetípico que está siendo actuado involuntariamente por el consultante. El conocimiento del drama mítico que lo está manejando y moviendo, como los hilos invisibles de un titiritero, siempre produce un alivio inmediato de la angustia, seguido de la necesidad de profundizar aún más y de instrumentar posibles formas de salir de esta situación (trabajo corporal, medicina holística, arte, meditación, etc.), que el astrólogo adecuadamente formado podrá sugerir.
El Centauro nos enseña a integrar a la parte animal, herida y replegada por la acción del intelecto, que termina reduciendo al individuo a un estrecho y rígido margen de sí mismo.
En el gráfico del comienzo podemos observar la secuencia instinto – intelecto – intuición . En ambos extremos impera la certeza, fundada en una realidad infra o suprasensible, respectivamente. El intelecto es tan sólo un mediador entre el animal y el dios, que moran en el ser humano. Los animales aceptan, en cambio los hombres esperan y especulan. Son símbolos universales que representan al mundo pulsional de lo instintivo y a sus jerarquías.
Es necesario recuperar la vitalidad y la sabiduría del primer nivel, el infrahumano, tarea esencialmente kironiana, para poder acceder a la plenitud del plano intuitivo. De hecho, en la Casa VI también se hallan los animales domésticos, como indicadores del saludable efecto que causan en sus dueños. Cada vez tienen más difusión las actividades terapéuticas para adultos y niños que incluyen a animales en el tratamiento.
El no reconocimiento del aspecto Víctima , implica su proyección en el I.C. y el resurgir de nuevos chivos expiatorios, a los que se ajusticia legal o criminalmente.
A la Justicia se la representa con una balanza y una espada, indicando la última su capacidad de cortar y de separar. Su filo no está de un lado ni del otro, sino en ambos, mostrando que la justicia opera más allá de la polaridad. Justicia y Verdad son inseparables, y en el arduo camino de autoconocimiento debe primar la honestidad para con uno mismo, aunque las verdades que descubramos en nuestro interior sean absolutamente dolorosas para el ego.
Hay una enorme diferencia entre dolor y sufrimiento. El primero es un proceso alquímico plutoniano, que conduce a la transmutación (el resurgimiento del fénix de sus cenizas), pero exige templanza y estoicismo para permanecer en la crisis, sellando la retorta, a pesar de la tendencia a huir que se dispara automáticamente como un mecanismo de supervivencia. Sólo una profunda confianza (Júpiter) en las leyes que operan en el Karma y en la Vida (Saturno) posibilitarán esta permanencia en la crisis, que siempre traerá consigo cambio y renovación.
«…la naturaleza doble (del pharmakos) aparece ilustrada de manera estremecedora en la tragedia de Eurípides, Ion. La reina Creúsa piensa en dar muerte al héroe con la ayuda de un talismán extraordinario: dos gotas de una sola y misma sangre, la de la Gorgona. Una es un veneno mortal, la otra un remedio.
¿Y cómo se cumple en ellas el doble don de la diosa?
Creúsa.- Bajo el golpe mortal, de la vena vacía brota una gota…
El anciano.- ¿Para qué sirve? ¿Cuál es su virtud?
Creúsa.- Aleja las enfermedades y aumenta el valor.
El anciano.- ¿Y cómo actúa la segunda?
Creúsa.- Mata. Es el veneno de las serpientes de la Gorgona.
El anciano.- ¿Las llevas juntas o separadas?
Creúsa.- Separadas. ¿Mezclarías tú lo saludable y lo nocivo? 1
Es habitual que, incapaces de discernir, sobretodo por el hábito introyectado subliminalmente de rehuir los conflictos, «mezclemos» lo saludable con lo nocivo, y así permanezcamos en relaciones o situaciones que desgastan y debilitan.
Homeopatía significa homeo: lo mismo – pathos: enfermedad: lo mismo que enferma cura; esta ciencia utiliza sólo venenos provenientes de los tres reinos de la naturaleza, pero los somete a complejas disoluciones y dinamizaciones que permiten extraer la energía vital y sanadora que contienen. Este procedimiento es análogo a cualquier proceso alquímico, por medio del cual la materia innoble (veneno)se transmuta en oro, material incorruptible, relacionado con el Sí Mismo o Yo Superior.
Así, con dolor, humildad, entrega y comprensión, lo burdo y tóxico lentamente va convirtiéndose en suero sanador y en inmunidad ante nuevas «infecciones», produciendo la propia sanación y dando un paso más hacia la redención del Adán Cósmico, la humanidad.
La templanza es uno de los dones que el hombre obtiene a través del dolor. Fortalece al corazón, resguarda del sufrimiento, facilita el aventurarse por nuevas zonas oscuras y permite tender una mano al sufriente o desvalido.
En la próxima nota me ocuparé de volcar toda esta teoría sobre Cartas natales, y relacionarla con las historias de vida correspondientes, utilizando los datos biográficos pertinentes.
(*) Este sistema de regencias ha sido implementado por Alice Bayley («Astrología esotérica»), y está relacionado con dos niveles diferentes, evolutivos y de conciencia.
Exotérico tiene el significado de externo, fácilmente comprensible, obvio. Como ejemplo podemos decir que resulta obvio que Mercurio rija a Géminis, pero es mucho menos evidente que, esotéricamente, este signo esté regido por Venus.
Esotérico significa oculto. Cada individuo deberá recorrer un largo y azaroso camino evolutivo para poder acceder a las regencias esotéricas de los planetas
(**) La resistencia que tienen aún muchos astrólogos para incorporar a Kirón, los lleva a argumentar que el aspecto Víctima es idéntico al plutoniano inverso (aquel que desconoce su propio poder), por lo tanto, dicen ¡para qué necesitamos a Kirón!. La Víctima kironiana, si bien guarda semejanza con lo antedicho, está mucho más relacionada con Neptuno que con Plutón: tendencia al martirologio, hipersensibilidad en esa área que lleva al individuo a reaccionar desmedidamente (como el típico alérgico neptuniano), adicción a vínculos enfermizos, y adicciones en general. Es fundamental tener presente que Kirón establece un vínculo con cada uno de los tres transpersonales, pero que, además ¡y muy especialmente!, contiene en su arquetipo al Sanador, figura que no existe en ningún otro planeta.
Profesora Leonor Nietzschmann
Directora de la Escuela de Astrología de Zona Norte
Bibliografía:
• René Girard: La violencia y lo sagrado – Ed. Anagrama
• Melanie Reinhart: Significado y simbolismo de Kirón. Ed. Urano
• Torwald Dethlefsen: La enfermedad como camino. Ed. Plaza y Janes
• Liz Green: La dinámica del inconciente. Ed. Urano