Antón gaudí, análisis de su Ascendente en Virgo

“El Ascendente en Virgo en la Carta de Antón Gaudí”

Trabajo realizado por los alumnos que están cursando el Módulo IV, los miércoles a las 10 am. Julio 2016

ParticipantesCelina Montes de Oca, Clara Albano, Cristian Rizzi, Dina Krüger, Elisa Eamendi, Gisele Camargo, Joaquina Sackmann, Ute Bergner

Índice:

Introducción
Rádix
1) Un modo de empezar, de nacer
2) Cambio de Elemento: de Fuego a Tierra
3) Cambio de Cruz: De Fija a Mudable
4) Matriz básica
5) Máscara: Ascendente + Casa X
6) El hechizo de la casa XII
7) Aprendizaje y Destino
8) Cuerpo físico
9) Casa IV: La Raíz
10) Casa X: Los Frutos
11) Casa VIII: Transmutación
12) Casa VII: De la Proyección a la Integración
13) Casa XII: Alquimia de Retorno
14) Casa Análoga al Signo Ascendente
15) El Regente de la Carta: Kirón

Introducción

Antoni Gaudí i Cornet (1852 – 1926) fue un arquitecto español, máximo representante del modernismo catalán.
La mayoría de sus obras son edificios de estilo modernista que se encuentran en la ciudad de Barcelona o sus alrededores.
Entre las obras más conocidas se encuentran: Casa Batlló (Barcelona), Casa Milà (Barcelona), Cripta de la Colonia Güell (Santa Coloma de Cervelló), Palacio Güell (Barcelona), Parque Güell (Barcelona) y Templo Expiatorio de la Sagrada Familia (Barcelona).

 

Templo Expiatorio de la Sagrada Familia

Rádix:
Antón Gaudí
Jun 25, 1852
Reus, España
9:30 am

1. Un modo de empezar, de nacer
Desde el punto de vista técnico de un Ascendente en Virgo, el nacimiento podría haber sido un nacimiento programado, planificado hasta el último detalle, eligiendo cuidadosamente el médico, todo prolijo y bajo control, algo inconcebible para esa época. No tenemos datos específicos sobre su nacimiento, pero tal vez su forma de empezar algo nuevo haya sido después de haber efectuado un análisis racional profundo y sistemático, con lentitud y cautela. De hecho así se describe fue su ritmo de trabajo: detallista, lento y seguro.


2. Cambio de Elemento: de Fuego a Tierra
Antón Gaudí tiene a Leo en Casa XII. Virgo es un signo de Tierra y Leo de Fuego y cuando una persona tiene un Ascendente de Tierra, decimos que ella “ya conoce el Fuego”. (Recordemos que el orden de los elementos en el mandala zodiacal es Fuego → Tierra → Aire → Agua). En otras palabras esta persona tiene en la memoria las características de los signos de Fuego: cólera, impulso, acción, pasión, intuición e inspiración. Las personas con Matriz del Fuego (explicado más adelante en el apartado 4) suelen ser impacientes e intolerantes ante las debilidades propias y ajenas. Pueden precipitarse en sus decisiones y acciones. Solo la Tierra puede contener tal despliegue de energía. La Tierra ejerce una función de sostén. Es perceptiva, flemática, objetiva, fría, introvertida, femenina y tiene sentido común. El cambio del elemento del Fuego a la Tierra es de la acción a la recepción y de la energía a la forma.


3. Cambio de Cruz: De Fija a Mudable
Eso implica pasar de la Cruz Fija – también llamada Cruz del Poder o del Alma (Hechizo de la Casa XII en Leo)- a la de la Alquimia. La Cruz fija tiene la función de contener y concentrar la energía. En esta cruz, el alma es probada en cómo usar el poder para conectarse con el alma. Las características de esta Cruz son potencia, carisma, intensidad, capacidad para superar crisis, pero también dificultad para cambiar, inercia y apego. En cambio, la Cruz mudable es indicadora de fluidez. Es una energía delicada y llena de matices, aunque sin tonos muy resaltados y netos. Tiene la función de aliviar la fijeza al poder y a la inercia. Las características de esta Cruz son fluidez y dificultad para construir un “ego” central.


4. Matriz Básica
La Matriz es una estructura que se repite en todos los Ascendentes y está formada por las Casas IV, VIII y XII. Para un Ascendente en Virgo, el “modelo” que funciona en la psiquis es el de una Matriz de Fuego: Leo en XII, Sagitario en IV y Aries en VIII. En general, las tres están en el mismo elemento, salvo en los casos donde hay signos interceptados. En el caso de la Carta de Antón Gaudí, la lectura del Ascendente se complejiza por la presencia de doble cúspide en Virgo (en casas XII y II) y la correspondiente doble cúspide también en Piscis. Eso significa que dos casas empiezan con la cúspide de Virgo y Piscis. Piscis es el descendente y además la cúspide de la casa VIII. Entonces en la casa VIII no encontramos el signo correspondiente a una Matriz de Fuego, que sería Aries. Pero igualmente, Aries está presente allí como parte de la Matriz. La doble cúspide implica que en la Casa IV esté Escorpio en la cúspide, conteniendo a Sagitario en su totalidad, y la casa X tenga la cúspide en Tauro y que allí se encuentre Géminis interceptado. El “Modelo” se ve a continuación en la figura de la izquierda. Sin embargo, como muestra la figura de la derecha, al haber doble cúspide de Virgo y Piscis observamos que la cúspide de la IV empieza en Escorpio, la cúspide de la VIII en Piscis, la de la X en Tauro y que en la cúspide de la VI (casa análoga) esté como en el “modelo” en Acuario.

Matriz típica del Ascendente en Virgo/ Esquema del Ascendente en Virgo de Antón Gaudí.

Como Gaudí tiene sólo un planeta en fuego (Venus en Leo en la casa XII), es importante destacar que la Matriz de Fuego está funcionando en la profundidad de la psiquis, y además la Trinidad de Fuego tiene 4 puntos (Marte en Casa I análoga a Aries; Saturno, Urano y Plutón en conjunción en Casa XI análoga a Sagitario).


5. Máscara: Ascendente y Casa X
La máscara o forma en que nos mostramos y que inevitablemente nos conduce por la Vía Seca, está determinada por rasgos del signo del Ascendente y rasgos del Medio Cielo o Casa X. Estos rasgos comúnmente no son reconocidos por uno mismo pero son visibles para los demás. En la carta de Gaudí, con Virgo en el Ascendente, los rasgos más visibles podrían ser maneras obsesivas, perfeccionistas y meticulosas. Puede haber una obsesión por el orden y la exactitud que hace perder el contacto con lo espontáneo y fluido. También la rigidez, crítica, juicio y tensión son características de Virgo “inferior”. Puede llegar a convertirse en hipocondríaco y maniático de la limpieza. Constatamos que tuvo que hacer regímenes vegetarianos por una cuestión de salud. De adulto siguió alimentándose de forma frugal, y sus ayunos extremos, más cerca de la obsesión o terquedad, lejos de aportarle salud, llegaron a debilitarlo seriamente. Siempre fue reservado, tímido, aislado, poco comunicativo, poco sociable, abriéndose a unos pocos amigos, protegiendo su interior: todas características virginianas, aunque ya introyectadas y no expresadas como máscara. Parece que era emocionalmente frío, probablemente reprimía las emociones intensas. Quienes lo conocieron más de cerca lo describen como afable y cortés, buen conversador y fiel con sus amigos, si bien la imagen que muchos poseen es de un Gaudí huraño y antipático, de bruscas contestaciones que tiene que ver más con su máscara. La máscara se completa con Tauro en la cúspide de la casa X, que acentúa ciertos rasgos, describiéndolo como retraído, introvertido, pensativo y agregando tozudez o terquedad. Probablemente haya sido muy tranquilo y paciente. Y obligadamente lento. Ya de niño aprendió lo que era trabajar. Estando Géminis interceptado en casa X, también lo tenemos en cuenta en la formación de la máscara. Esto podría estar reforzando la frialdad, el pobre contacto con las emociones, privilegiando el plano mental sobre el emocional. Otras características geminianas son difíciles de corroborar en su biografía, ya que conocemos poco de su persona. Por ejemplo, la duda constante geminiana que dificulta la toma de decisiones, se podría sumar a una posible postergación virginiana y un eterno rumiar característico de Tauro, pero no tenemos pruebas, sino todo lo contrario, porque concretó muchísimas obras, si bien hubo también varias que nunca se plasmaron.

6. El Hechizo de la Casa XII
El llamado hechizo de Casa XII es una de las mayores trabas en el camino hacia la individuación. Trata de un trasfondo inconsciente que hay que trascender y que ofrece una gran resistencia e inercia, junto a las casas IV y VIII que conforman la Matriz. El desafío de la casa XII es elaborar conscientemente estos arquetipos que resuenan desde una profundidad ancestral e inconsciente.

Gaudí tiene a Leo en casa XII, que conlleva algunas de las siguientes temáticas:
• Necesidad de prestigio, de obtener reconocimiento.
• Escudo nobiliario, pecado de hybris (concepto griego que puede traducirse como ‘arrogancia e insolencia’).
• Orientado hacia el padre; para obtener su reconocimiento y reafirmar de este modo la autoestima.
• Son capaces de encaminarse hacia la propia ruina por su sed de gloria. También son capaces de hazañas increíbles con tal de tener la aprobación externa y que el mundo los aplauda.
• Suelen sentir que no son honrados lo suficiente.
• Pueden ser egocéntricos y demandantes, ofendiéndose con facilidad.
Su aprendizaje como ascendente en Virgo es encontrar su ser, su propia interioridad, sin mirar afuera y sin esperar reconocimiento externo. Debe aprender a prescindir del aplauso tan anhelado por Leo en casa XII. La aspiración expansiva de Leo se verá restringida por un movimiento hacia adentro. No hay evidencias de que ente sus ancestros haya habido algún noble. Cuando obtuvo el título de arquitecto, le dijo irónicamente a su colaborador y amigo, Llorenç Matamala: «Dicen que ya soy arquitecto», con cierto aire de superioridad pues él se consideraba arquitecto desde mucho antes. De alguna forma se ríe del título como reconocimiento externo, muy seguro de su propia capacidad. Esto denota un cierto orgullo leonino y posiblemente una sensación de que no se sentía valorado por lo que realmente era. De joven disfrutó de prestigio; le gustaba rodearse de la alta sociedad, que le abrió numerosas puertas para realizar sus proyectos. También la única mujer con la que hubiese querido casarse era de una clase social más alta. Tenía pocos amigos, todos de un poder adquisitivo alto o posición importante (su mecenas, el industrial, luego nombrado conde Güell, y el obispo de Vic, escritores y algunos de sus más fieles colaboradores) Probablemente haya estado muy orientado hacia su padre. Convivieron durante toda su vida. No se sabe si él sintió que obtuvo el reconocimiento de su padre, probablemente sí, y por eso su muerte fue un golpe tan fuerte en su vida.


7. Aprendizaje y Destino

Hemos decidido unir ambos temas, dado que el aprendizaje y el destino se entretejen continuamente. El destino completa las situaciones «inacabadas» de aprendizaje, como también el aprendizaje va acercándonos hacia el destino en un diálogo constante. El aprendizaje es abstracto y aplicable a todos los ascendentes de Virgo, mientras que el destino es observable mediante hechos concretos y únicos. La persona con este ascendente es instada a aprender a vivir de acuerdo con un orden mayor, que no responde necesariamente a su deseo ni es modificable a voluntad. Es un orden que se despliega lógicamente y en el cual cada parte cumple su función y adquiere su sentido en un contexto más amplio, en forma metódica y ordenada. Debe aprender a moverse en lo pequeño, a cuidar el detalle y economizar los recursos. Más adelante veremos cómo las restricciones en su vida dieron pie a que desarrolle estas cualidades. Es parte de la energía virginiana el replegarse en sí mismo, tomar conciencia de la interioridad, moverse en forma circular, volver sobre sus pasos, elaborar todo constantemente y discriminar en profundidad. Temas clave para este Ascendente, de los que no podrá desentenderse sin pagar un alto costo, son los siguientes: noción de sistema, eficiencia, economía, funcionalidad, ecología, sencillez, salud. A continuación veremos cómo estos distintos aprendizajes se fueron completando en mayor o menor medida con ayuda del destino. Para reconocer la energía que trae el ascendente como propia, el destino traerá situaciones para vivenciarla.


Restricciones económicas
Al recorrer la biografía de Gaudí, podemos ver como la energía de su ascendente se manifestó con mucha claridad en su infancia. Su familia de origen era muy humilde; vivían en una casa muy austera en medio del campo, con goteras, sin cocina. Sus padres eran tan pobres que no pudieron brindarle estudios más allá de la escuela primaria. Su familia debió maximizar escasísimos recursos, por lo que sus padres creían indispensable que sus hijos se ganaran la vida cuanto antes. Las restricciones económicas fueron una constante en su infancia, con lo cual aprendió a desarrollar sus potencialidades con escasos recursos.


Procesos de latencia
A Gaudí nada le fue otorgado con facilidad, ya que tenía que aprender los largos y misteriosos procesos de latencia de Virgo. De niño, a raíz de su enfermedad, vivió muchas épocas en la casa de campo haciendo reposo, contemplando la naturaleza, muy volcado hacia adentro, lo cual podría compararse con el proceso de una crisálida. Si bien él estaba en plena fase de crecimiento, fue cuando construyó, sin saberlo, su visión particular y asimiló cosas del oficio de su padre que luego, después de mucho tiempo, saldrían a la luz. Creemos que toda su infancia fue un «aprender a esperar». Si esto sucedió confiando en que hay ritmos en la vida en los cuales no podemos influir y que hay un Orden detrás de todo, probablemente se le hizo más llevadero. La presencia y sensación de restricciones es un aspecto fundamental de la manifestación de este ascendente. Vemos claramente que Gaudí tuvo que pasar por esta energía, inicialmente como destino, para aprender a moverse en lo pequeño, a valorizar el detalle, la economía de recursos y desde allí desplegarse como parte de un sistema, incorporando un orden profundo que es anterior e interior.

Economía, ecología, eficiencia y funcionalidad
Queda más que demostrado que pudo incorporar visiblemente en su obra estos principios, los cuales se pueden apreciar en sus construcciones que no sólo son estéticas, sino sumamente funcionales. Establece una perfecta armonía en la interrelación entre los elementos estructurales y los ornamentales, entre plástica y estética, entre función y forma. Logra soluciones racionales y estructuradas, adaptadas a la naturaleza, creando un nuevo estilo arquitectónico: original, práctico y estético. Es sumamente visible su inclinación hacia la pureza, el refinamiento y los detalles: lo justo, preciso y necesario. Todas cualidades claramente virginianas.
También es visible su sentido de economía y de ecología, por ejemplo en la técnica del mosaico, donde reutiliza piezas de deshecho de cerámica, logrando soluciones innovadoras y decorativas, sin desperdiciar ni un trozo pequeño. Lleva la maximización de la escasez a su más alta expresión. Máxima economía, que muestra un nivel muy elevado de energía virginiana. Todo este aprendizaje lo condujo a un desarrollo de su obra cada vez más ordenado, progresivo, detallado, sólido, meticuloso, entregado al perfeccionamiento de un sistema mayor.
En cambio en su vida privada estos principios los vivió o aplicó de forma desproporcionada y exagerada. El sentido de economía lo vivenció desde que nació en un hogar sumamente austero. De joven trabajó para costearse sus estudios y su padre hasta tuvo que vender una propiedad de la familia por el mismo motivo. Luego comenzó a disfrutar de todo lo que se había privado; tuvo una época de «dandy», en la cual le gustaba usar trajes caros, pelo y barba bien arreglados, gustos de “gourmet”, frecuente asistencia al teatro y a la ópera, rodeado de la alta sociedad, incluso visitaba las obras montado en su carruaje, cosa extraordinaria en esa época (Leo en la Casa XII).
De adulto sufrió una radical transformación hasta llegar en su vejez a la más estricta sencillez, un estilo de vida espartano, comiendo con frugalidad, conformándose con muy poco, vistiendo trajes viejos y gastados, con un aspecto descuidado, tanto que lo tomaron por mendigo en el momento del accidente que le provocó la muerte.


Repliegue e interioridad
Después de haber obtenido mucha fama y renombre gracias a su meteórica carrera, fue alejándose cada vez más de la vida social, desarrollando un intenso sentimiento religioso. Su máximo esplendor coincidió, en el ámbito personal, con un progresivo retraimiento, cultivando un bajo perfil y dedicándose exclusivamente a su obra culmine, la Sagrada Familia, sin cobrar un sueldo, en condiciones cada vez más precarias, solamente financiado por las limosnas del pueblo devoto y sabiendo que él mismo no la iba a poder ver finalizada, o sea sin estar orientado hacia el resultado. Aquí aparecen nuevamente las restricciones económicas como parte del destino de este ascendente. Siguió irradiando no por su persona sino a través de su obra. Su vida privada se hizo solitaria y anónima, y fue así que falleció. Murió en la más absoluta pobreza, solo con lo puesto, pero completamente entregado a una obra sublime y superior, que marcó su misión y recorrido en la vida. De todas formas le hicieron un funeral multitudinario. Y resulta paradójico: aunque había sido conocido por pocos en persona, se había vuelto muy popular. Podemos decir que Barcelona es Gaudí. Se puede ver una evolución a lo largo de su vida a través de cómo se fue despojando de cierta soberbia y de la necesidad de aplauso y reconocimiento (si es que la tuvo alguna vez), volcándose hacia su interioridad y reflexión en un proceso de cambio interno. Se lo considera un místico y de hecho se ha iniciado el proceso para su beatificación. Su gran devoción religiosa y espiritual puede relacionarse con la conciencia de formar parte de un todo mayor, de saberse un eslabón más de toda la cadena infinita. No hizo uso del reconocimiento que sabía que se le tenía, y esto podría ser señal de un ascendente en Virgo muy desarrollado. Se lo describe como profundamente humilde, otra cualidad virginiana; se sabe que en su vejez tenía mucha empatía con los pobres, y también que estaba harto de servir a la burguesía adinerada, que habían sido sus principales benefactores.


Salud
Como mencionamos, también es muy común que se presenten como destino problemas de salud a lo largo de la vida de este ascendente. El cuerpo es un sistema que expresa un orden profundo, y que debe ser mantenido en perfecto funcionamiento y cuidado, aprendizaje fundamental para este ascendente. La persona con este Ascendente debe encontrar el mejor modo para mantenerse sana a través de la alimentación y teniendo en cuenta los ritmos, la edad, las estaciones. Los problemas de salud de Gaudí comenzaron a manifestarse a muy temprana edad. A los 5 años sufría una dolorosa artritis que le impedía caminar. Durante toda su vida fue propenso a dolores reumáticos. Haber sufrido esta enfermedad crónica en su niñez lo hizo sentir limitado y disminuido con respecto a los demás niños, ya que no corría ni jugaba con ellos. Sin embargo esto propició la introversión y el desarrollo de cualidades que no hubieran surgido tan fácilmente de otra forma, como la observación de la naturaleza, ser minucioso, detallista, ordenado, que nada se saliera de su proporción, ni de su escala, yendo con lentitud, tomándose el tiempo necesario para articular su deseo personal con el contexto. Ya de niño tuvo que aprender a aceptar sus limitaciones y volcarse hacia su interior. Como se observa en el desarrollo de su biografía: “una enfermedad artrítica crónica, una psicología torturada y depresiones fueron elementos muy presentes en su vida”.
La energía del Ascendente siempre viene como destino para finalmente poder ser integrada y reconocida como propia.
Hablaremos más del tema de la salud en el siguiente apartado: El Cuerpo Físico.

8. El Cuerpo Físico
Al observar el eje Ascendente-Descendente en la Carta Natal de Gaudí, encontramos pistas sobre temas físicos y problemas de salud que él padeció. La salud para una persona con Ascendente Virgo suele ser un tema muy presente: Virgo es el signo análogo a Casa VI – Casa de la Salud – y está relacionado a los sistemas donde cada parte tiene una función que es el caso del Cuerpo Físico; un Sistema donde cada órgano y parte cumplen una función. Virgo rige al intestino delgado: órgano que realiza un largo y complejo proceso para separar los nutrientes de los alimentos de aquello que es inútil para el cuerpo. Discernir, elegir, separar, son funciones esencialmente virginianas. Posiblemente, la Polaridad Neptuniana presente en su carta contribuyó a esa desconexión con su cuerpo físico ya que sabemos que en los últimos 20 años de su vida se entregó totalmente a su obra y casi no registraba sus necesidades de cuidados físicos. Solía hacer ayunos desmesurados que solo ayudaron a que se debilitara cada vez más. Llevó la austeridad virginiana a un extremo casi mortal, despojándose de todo, y en un descuido total de sí mismo, muy alejado de las necesidades de su Sol canceriano. Creemos que no supo cuidar de sí mismo ni satisfacer las necesidades más elementales de su cuerpo-sistema físico, como pedía su Ascendente Virgo, resultando este aspecto, muy posiblemente, en una cuenta pendiente para su alma.


9. Casa IV: La Raíz
Como vimos anteriormente, Gaudí, al tener Virgo ascendente – signo de Tierra -, tiene Fuego como Matriz Básica de su carta. Reiteramos que la persona con un signo de Tierra como Ascendente, tiene signos de Fuego en las Casas de la memoria (Casa XII, IV y VIII). Pero, como ya dijimos, lo que sucede en la carta de Gaudí es que en casa IV está Sagitario interceptado y Escorpio en la cúspide. En casos como este, debemos interpretar los dos signos. Las características del signo de la cúspide serán probablemente las más visibles, pero la energía del signo interceptado sigue subyacente; puede estar obstruida o dificultada, pero no deja de estar presente. En la Casa IV o Raíz, se encuentra el hogar, la familia, el lugar de donde sacamos los nutrientes para que el árbol (nuestra vida) se desarrolle y brinde frutos; es nuestra “base de operaciones”. En la carta de Gaudí hay un hogar escorpiano y sagitariano a la vez. Escorpio en este emplazamiento puede significar una relación con la familia muy intensa y profunda, marcada por emociones fuertes, crisis y temas tabúes – la muerte y el sexo forman parte-. Violencia encubierta y manipulación, temas sexuales y disputas por poder y dinero son otras cuestiones que también suelen estar presentes. Lo que conocemos de su familia e infancia es que él fue el quinto hijo de una familia muy humilde. Si bien es imposible conocer todos los acontecimientos y características de su entorno familiar, lo que sabemos es suficiente para tener una imagen bastante lúgubre, de una familia marcada por la muerte muy prematura de dos de sus cinco hijos (a los 2 y 4 años de edad). Un tercer hermano, falleció también siendo muy joven (a los 25 años de edad). Sumemos a este panorama la enfermedad de Gaudí y su padecimiento de fuertes dolores que le impedían caminar. Podemos imaginar una familia apesadumbrada, en duelo por la muerte de dos criaturas, con escasos recursos y un niño enfermo… Era sin dudas un escenario familiar bastante sombrío. Pero la Matriz de Fuego subyace en casa IV y Sagitario es un signo de fe, optimismo y religiosidad. Podemos deducir entonces que, si bien Gaudí encontró en el seno familiar muerte y dolor, encontró allí también fe, esperanza, religiosidad y finalmente el sentido de la vida para salir adelante y de alguna manera superar la tristeza tan profunda que sintió al principio. Su destacada participación en la construcción de una Basílica – el “Templo Expiatorio de la Sagrada Familia” -, hubiera sido imposible sin fe y algún grado de optimismo, y pudo haber sido una forma de reparar la desolación que vivió en su propio seno familiar.


10. Casa X: Los Frutos
En el otro extremo del Eje Casa IV – Casa X está Tauro en el Mediocielo (cúspide de Casa X) y Géminis interceptado. Tauro sugiere frutos visibles, concretos y palpables. Construcciones, edificios, obras arquitectónicas y esculturas, son frutos acordes con este emplazamiento y por lo tanto profesiones como constructor, arquitecto, ingeniero, escultor y artesanos son muy aptas para expresar las características de este signo. Gaudí tenía un ritmo de trabajo lento y seguro, marcado por la paciencia, perseverancia, sensatez, resistencia, compromiso y fidelidad a una causa, todas características taurinas. Tauro se manifestó a través de la materialización de su obra, que tendió a ser escultórica y ligada a formas orgánicas, utilizando materiales naturales del entorno, materiales que adquirían para él un carácter sagrado. A lo largo de su carrera, se mostró más como escultor que como arquitecto. Consta que en sus proyectos priorizaba el uso de maquetas sobre el de planos (“…siempre prefirió hacer modelos de barro o yeso antes que planos o dibujos”). Entretanto los frutos taurinos que describimos hasta aquí, tienen también un tinte geminiano: eclecticismo y versatilidad. Sabemos que experimentó con una gran variedad de estilos; desde inspiraciones orientales e islámicas a influencias góticas, hasta desarrollar dentro del modernismo su propio estilo naturalista, orgánico e inspirado en la naturaleza. Siguió continuamente investigando acerca de las formas y estructuras arquitectónicas, lo cual prueba su curiosidad, apertura y capacidad inagotable de aprendizaje. Géminis busca la diversidad, lo nuevo, la experimentación. Podemos ver estos rasgos en su vida profesional. Sabemos que él manejó simultáneamente muchas disciplinas diferentes, teniendo una visión global de la arquitectura pero cuidando a la vez de cada detalle dentro del conjunto. Así es que no sólo se dedicó a sus proyectos arquitectónicos, sino que también diseñó el mobiliario, la iluminación, acabados en forja de hierro, se dedicó al paisajismo y a la urbanización. Manejaba oficios artesanales como la escultura, carpintería, forja, vidriería, cerámica, moldeado en yeso incorporando técnicas novedosas y aceptaba de buen grado los nuevos avances tecnológicos (por ejemplo, incorporó el hormigón armado a sus obras). Gaudí no hubiera sido Gaudí sin Géminis en casa X, ya que Tauro se resiste a los cambios y a lo nuevo. Si bien, al parecer, no era una persona netamente sociable, imaginamos que en su trabajo pudo dar lugar al “diálogo”; o sea, si había un lugar en la vida de Gaudí donde él pudo haber sido una persona “sociable” este lugar era en su trabajo, con la gente que lo ayudaba en la construcción de sus obras. En Géminis encontramos la imagen de un puente: podemos interpretar que él participó de la construcción de un puente entre el mundo físico – los hombres en la Tierra -, y el mundo espiritual – Dios en el más allá. ¿Y qué mejor que una Catedral o Basílica para servir como puente? Al concluir el primer campanario, Gaudí comentó su alegría al ver “como aquella lanza unía el cielo y la tierra”.

11. Casa VIII: Transmutación
En la casa VIII encontramos cuáles características burdas de la persona tienen que morir para ser transmutadas en algo más elevado. Es la casa de la “Molienda” – donde tomamos los granos enteros, y los molemos para refinarlos, pero con dolor. En el caso de Gaudí está Piscis, indicando que él tenía que transmutar las características burdas de este signo, entre ellas principalmente la indiferenciación, la simbiosis con los demás, la confusión, actitudes camaleónicas y tendencias tanáticas. A lo o largo de su vida Gaudí debió transmutar estas características en sensibilidad (un sonar que nos ayuda a navegar con seguridad), empatía, comprensión, aceptación de que todos venimos de una misma fuente y somos Uno al fin. La persona con este emplazamiento suele tener un costado extremadamente vulnerable que tiene que ser transmutado en sensibilidad y en profundo y verdadero amor al prójimo. Podemos decir que la persona tiene que dejar el martirologio y la autoflagelación para transmutarlo en Verdadera Entrega. No es el sacrificio de una víctima de las circunstancias sino más bien una expiación voluntaria en búsqueda de purificación; no nos olvidemos aquí del nombre de una de sus principales obras: “Templo Expiatorio de la Sagrada Familia”.


12. Casa VII: De la Proyección a la Integración:
La casa VII es la casa de la pareja, los socios y los enemigos declarados. Piscis en esta área puede traer confusión, fantasía, un mundo de ilusiones alejado de la realidad, misterioso y hasta místico. Se trata de una energía sin forma ni límites, con tendencia a la simbiosis, mucha sensibilidad y permeabilidad, donde se puede caer fácilmente en ser víctima del entorno. Por lo general, las cualidades de la casa VII son primero proyectadas en otros para ser luego internalizadas. En el caso concreto de Gaudí podemos constatar una ilusión amorosa (por lo que se sabe, se enamora una única vez de una mujer lejana e inalcanzable) que desembocó directamente en una gran desilusión. Nunca más se le conocieron romances y adquirió una tendencia misógina. Esto tiene su correlato con Venus en casa XII que habla de un amor ideal, que mezcla el amor personal con el místico. Mucha dificultad para personalizar el amor: no se involucró emocionalmente con ninguna mujer. La energía más elevada de Piscis, enfatizada con Neptuno en regencia, tiene que ver con el amor universal, la compasión, la misericordia, el servicio y el sacrificio. Se fue volcando cada vez más hacia una profunda religiosidad. En palabras de Cèsar Martinell, “sustituyó la filantropía laicista por la caridad cristiana”. Al final de su vida estuvo dedicado exclusivamente en cuerpo y alma a la construcción de la Sagrada Familia, asumiendo este servicio realmente como un sacro oficio. Pudo integrar las cualidades más elevadas y sutiles de Piscis, más allá de las relaciones afectivas que pudo concretar. El tipo de pareja que hubiera necesitado habría sido una persona emocionalmente muy cercana, empática y sensible, con la cual se pudiera producir una comunión de almas. Alguien con quien conectarse desde el sentir. En su lugar se entregó a una elevada espiritualidad. No tuvo tampoco, hasta donde se sabe, ningún socio, si bien tuvo muchos colaboradores, no tenía ninguno que estuviera a la par. La sociedad que fundó con Joan Santaló, dedicada al forjado de hierro, fracasó. Por tener Neptuno en casa VII, Gaudí tenía Polaridad Neptuniana. Además, Neptuno está en oposición a Marte en Virgo, ubicados ambos en el eje cósmico. En la Polaridad Neptuniana podemos reconocer cierta inmadurez emocional en la vida de Gaudí – probablemente más identificado con la polaridad inversa. Como consecuencia se le dificultó todo lo relacionado a las emociones, encerrándose en sí mismo. De todas formas el aprendizaje suyo hubiera sido discernir cuando abrirse y cuando cerrarse, y para esto es fundamental la energía de Virgo que ayuda a discriminar y regular su porosidad. Virgo le da orden al caos pisciano y Piscis aporta sensibilidad al análisis frío y obsesivo de Virgo.


13. Casa XII: Alquimia de retorno:
La Alquimia de retorno para un Ascendente Virgo está dada por Leo en la Casa XII, que brinda a la persona un sentido de centralidad cuando logra la muerte del ego, al escuchar la voz virginiana. Según biógrafos, era claro el contraste entre «el Gaudí juvenil, que casi era un dandy (Luna en Libra y Leo en Casa XII), y el Gaudí maduro, indiferente ante el vestir, las condiciones de vida, el trato social y todo lo consecuente. Es interesante ver cómo en los últimos años de su vida, se entregó tan absolutamente a su obra y a su pensamiento que llegó a olvidarse hasta de su propio cuerpo. Y la construcción de la catedral Sagrada Familia, muestra cómo desde su centro y genialidad creadora entregó su obra a algo superior dedicándose a ella durante los últimos doce años de su vida. Gaudí logró brillar desde su Sí Mismo a través de su obra, plasmando en su arquitectura innovadora las formas biomórficas, vivificando la geología, integrando así su Ascendente Virgo y ubicando las formas como parte de un todo natural, suprimiendo muros interiores e incluyendo pasillos circulares. Un Leo en XII tiene en potencia sabiduría y conocimientos que los demás necesitan, pero tiene que reconocer su propio valor y saber que es importante asumir este rol. No debería ser una autoridad ejercida para provecho propio sino que es algo para el bien común, algo que se brinda a los demás. «Su ritmo de trabajo era parsimonioso, muy meditado, detallista y lento. Pero, tenía la seguridad del hombre que sabe y percibe que los demás se dan cuenta de ello». El arquitecto vasco Anasagasti dijo en referencia a la obra de Gaudí, ilustrando claramente la muerte del ego leonino en pos de una obra mayor: «el hombre bueno y modesto… él está escribiendo una página de piedra en nuestra Historia del Arte… es la representación espiritual oculta en la piedra misma».


14. Casa Análoga al Signo Ascendente:
La Casa análoga a Virgo es la Casa VI. Acuario está en su cúspide, cuyo regente es Urano que está emplazado en la Casa IX. Con Acuario en la Casa del trabajo, es necesario desarrollar un trabajo que permita expresarse con creatividad, produciendo cosas novedosas y sobretodo sintiéndose libre. No hay dudas de que – como ya dijimos- Gaudí fue alguien que salió de los moldes tradicionales en cuanto a su producción laboral-artística, generando cosas nuevas, modernas y excéntricas. Si bien no tenía Polaridad Uraniana, fue un revolucionario en la forma de ver la arquitectura, un innovador de las formas, expresando su Casa VI en Acuario y pudiendo plasmar su genialidad, probablemente gracias a la conjunción Urano-Saturno y a su núcleo saturnino. Fue un innovador arquitectónico y una fuente de inspiración para otros arquitectos, no sólo en España sino a nivel mundial. En la Casa VI también encontramos temas de salud, propios de Virgo y especialmente como destino de un Ascendente Virgo. Ya hablamos suficiente de sus dolencias desde la temprana infancia que determinaron que en lugar de jugar y correr, o de trabajar y ayudar, el pequeño comenzara a ver el mundo con ojos diferentes a los de sus semejantes. “Las arañas eran capataces de obra, las flores nacían de los cálices, las copas sagradas… las lagartijas eran duendes que se escondían dentro de los agujeros de la pared». Aquí podemos ver cómo su creatividad acuariana de Casa VI comenzó a gestarse ya que podía ver e imaginar todo tipo de formas y situacionesya desde pequeño, trasladándose luego a su trabajo en la adultez.


15. El Regente de la Carta: Kirón
Kirón, regente del Ascendente Virgo, es el regente de la carta, y está actuando en las casas IV y V. Este arquetipo nos muestra la herida del alma que la persona trae de otras vidas, y que generalmente es expuesta en esta vida para poder ser sanada. Es una herida que no tiene cura definitiva, sino por capas, y que muestra el potencial que la persona tiene para sanarse a sí misma ayudando a sanar a otros, para no convertirse ni en víctima ni en victimario. Kirón en casa IV habla de una herida relacionada con la familia de origen – una familia sufrida y apenada – y en su caso, con el hecho de que no pudo construir una familia propia. «A los 24 años, Antón Gaudí estaba herido en el alma por las recientes muertes repentinas de su madre y de su hermano». Tal vez esta falta de familia sea su herida y no el haber sido herido por su familia, ya que fue cuidado lo mejor posible a pesar de los escasos recursos económicos. Su hogar fue la Santa Madre Iglesia, la Sagrada Familia: no fue una familia personal canceriana. Kirón también actúa en casa V (está a – 4° de la cúspide de casa V), significando un niño interior herido (desvalido por una enfermedad crónica) y su esterilidad (no tuvo hijos). Kirón en Capricornio está relacionado con una herida profunda causada por el abandono del padre. Desde ya este abandono no tiene que haber sido físico, sino que pudo haber sido una sensación de abandono que haya sentido cuando era aún muy pequeño, por ejemplo, al presenciar la tristeza y desolación de su padre por las muertes de sus hermanitos. Eso le podría haber generado una sensación de “no ser lo suficientemente bueno”, resultando más tarde en un superyó por demás autoexigente, perfeccionista, que no reconocía ni admitía sus propios límites. En estos casos la persona termina siendo su propia victimaria, auto-imponiéndose metas inalcanzables y dejando que en su vida haya un predominio exagerado del esfuerzo por sobre la gracia. Y a la autoexigencia, podríamos sumar la exigencia materna desde el aspecto Luna-Saturno y Luna-Kirón, además de mencionar que es Kirón-Saturno. Si bien tuvo con el padre una estrecha relación, «siempre había vivido con su padre, su muerte significó la pérdida de su más fiel compañero», en Gaudí encontramos la hiperexigencia, el Triángulo de las Bermudas: Culpa-Miedo-Vergüenza, también debido al daño producido en la autoestima, desde Kirón en las Casas IV y V. La autoexigencia puede verse también acentuada por el Ascendente en Virgo. Creemos que tuvo dificultades para contactar y expresar sus emociones, a pesar de tener Sol en Cáncer en conjunción con el Nodo Norte en Cáncer, que está indicando una búsqueda del encuentro con los sentimientos. Era un hombre que no sabía cuidarse a sí mismo, descuidándose, haciendo cosas para y por los demás, probablemente en este deseo de satisfacer deseos ajenos, generando un superyó saturnino. Para poder cuidarse a sí mismo, es necesario estar en contacto con las propias carencia y necesidades, y como mencionamos, con Kirón en Casa V, probablemente estas necesidades internas estén heridas, teniendo la sensación de no haber sido querido y creyendo que debe ganarse el amor de los demás, lo que estaría reforzando la severidad capricorniana-virginiana. En cuanto a quien ocupa la Casa IV en la Carta Natal de Gaudí – si es su padre o madre- es difícil tener certezas porque tenemos pocos datos sobre la madre. Sabemos que el padre era una persona muy vital y que sobrevivió a la muerte de cuatro de sus cinco hijos (vivió hasta los 93 años); la energía vital de su padre puede estar relacionada con Tauro en casa X.

“…El padre era fuerte como un roble, y aguantaba firme las adversidades…Veía cómo se iban resquebrando las ramas del árbol familiar que había plantado con su esposa, cómo iban cayendo sus frutos uno tras otro, mientras él sobrevivía…”

“…Quien sí sentía el deleite de vivir era su padre. Parecía como si en él se hubieran concentrado todas las energías vitales de su familia.”

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