Este trabajo ha sido preparado por el grupo de alumnos que está concluyendo de cursar el módulo III, jueves 10:00 hs. Coordinadora: Jesica Guarrina.
En este trabajo nos proponemos observar algunos rasgos importantes de la Carta astral de este biólogo inglés, quien marcó un hito en la historia del siglo XIX, provocando un cambio de paradigmas, al punto que es considerado uno de los «hombres bisagra» de la humanidad. Intentaremos interpretar su modalidad, la sustancia básica y los aspectos en los que intervienen los seis primeros planetas correspondientes a la que conocemos como «pirámide caldea»: Luna, Mercurio, Venus, Sol, Marte y Júpiter. No analizaremos a Saturno, ya que aún no lo hemos estudiado. Damos por sentado las asociaciones entre signos y Casas.
Charles Darwin nació el 12 de febrero de 1809, Shrewsbury (Inglaterra), 06: 10 AM; y la cúspide del signo ascendente la encontramos a los 20° 56′ de Capricornio.
Para comenzar, nos referiremos al conteo de Cruces y elementos. A pesar de obtener igualdad en el conteo de los planetas ubicados en Fuego, Aire y Agua, destacamos el elemento Aire porque es allí donde se encuentra emplazado el Sol, en el signo de Acuario.
La preponderancia de este elemento, sumada a la mayor cantidad de planetas ubicados en signos mudables (Saturno, regente del Ascendente, en Sagitario; Mercurio, Plutón y Júpiter en Piscis), nos da como resultado una Modalidad geminiana. Desde esta perspectiva geminiana podríamos describir a Darwin con ángulos extravertidos, jovial y abierto a la comunicación y a las diferentes posibilidades; abierto también a los cambios y con un componente lúdico en su persona. Esto último se ve acentuado por la cúspide de Casa en la que se encuentra Géminis: Casa V, área del Niño interior, las creaciones, etc. Indica también una probable aptitud para la escritura, si tenemos en cuenta también que el regente de esta Casa, Mercurio, se encuentra en la Casa I en Piscis, reforzando la hipótesis de la necesidad de expresión, muchas veces por medio de algún lenguaje simbólico. Se puede observar también un cierto equilibrio con el Fuego y el Agua, tal como mencionamos anteriormente. Tenemos así una combinación notable entre la extroversión y espontaneidad del Fuego, la sensibilidad del Agua, el análisis deductivo–lógico del Aire y el sostén de la Tierra, cuyo único planeta en él, la Luna, es de suma importancia para la interpretación de nuestra Carta, ya que se encuentra en Casa I, muy cerca del Ascendente. Si observamos un poco más, notamos que los planetas conforman lo que se denomina una configuración en tren. Esta consiste en una distribución continua de todos los planetas, sin dejar signos libres entre ellos. Es decir, que los planetas se disponen como si estuvieran formando una cadena entre ellos (o como los vagones de un tren). El tren está constituido por: Marte en Libra; Urano en Escorpio; le siguen Saturno y Neptuno en Sagitario; la Luna en Capricornio; Kirón y el Sol en Acuario; Mercurio, Plutón y Júpiter en Piscis y finalmente, Venus en Aries. Cuando esto ocurre (y no es frecuente), nos encontramos ante un mapa de altísima dinamia. En este caso, los planetas que ponen en movimiento las energías de esta configuración son Marte o Venus, puesto que son los que se encuentran en ambos extremos del tren. Así, Marte arrastraría a este tren por el camino de la Vía Seca, es decir, en el sentido horario, mientras que Venus lo haría por el de la Vía Húmeda, en sentido anti horario. Cuando hablamos de la Vía Seca y de la Vía Húmeda, nos referimos a las dos vías de la Alquimia. Como introducción muy sucinta, diremos que, casi inevitablemente, desde el nacimiento comenzamos a movernos por la Vía Seca, subsumidos a mandatos sociales externos. Sólo cuando el individuo logra tomar conciencia de sí e invertir el giro por el que transitaba, se inicia el «Camino del Héroe», el camino por la Vía Húmeda , basado en la autoconciencia y la autorreferencia, reconociéndose además como una parte de un todo. En esta Carta, Marte representaría «la locomotora » que lo llevaría por la Vía Seca y Venus, » la locomotora » de la Vía Húmeda. Es interesante observar que Marte y Venus se encuentren en mutua recepción, es decir que Marte, regente del signo de Aries, se encuentra en Libra (interceptado en Casa VIII), cuyo regente es Venus; y a la vez, Venus se encuentra en Aries (en Casa II), cuyo regente es Marte. Por este motivo, estos dos planetas, si bien no tienen contacto entre ellos, están muy ligados. Otro detalle, y no menor, a tener en cuenta es que ambos planetas están en exilio, y, por lo tanto, si bien ninguno de los dos está cómodo en los signos correspondientes a su opuesto complementario, entre ambos tienen la enorme posibilidad de unir el eje Aries–Libra.
Lo que podemos observar entonces es que, para que el Camino del Héroe haya podido iniciarse, es fundamental que se transforme el signo de la cúspide de la Casa VIII , la Casa de las grandes crisis, que en este caso indicaría la muerte de la meticulosidad y el detallismo exagerado de Virgo, para dar lugar al «científico» de mente ordenadora y sistémica. Marte en Libra está emplazado también en la Casa VIII , por lo tanto también debería superar la indecisión que caracteriza a este planeta cuando se encuentra en exilio, y su tarea sería la de abandonar el movimiento pendular que le impide avanzar por estar pendiente del deseo de los demás y de la apariencia. ¡Es probable que esto haya ocurrido, ya que de no haberse producido esta modificación, seguramente hoy no estuviéramos trabajando sobre su Carta Natal! Esta persona, transitando por la Vía Seca, se hubiera quedado estancada y sin tener posibilidades de avanzar ante la incapacidad de decidir hacia dónde ir. Por otro lado, la Casa II (que completaría este eje) está marcada por el signo de Piscis: poca conciencia y hasta falta de aprecio por el valor del dinero, y valores internos confusos. Nos encontramos aquí con Júpiter que, en cambio, resalta una abundancia de imágenes internas (por Piscis), de valores propios y autoestima, y, probablemente también de bienes materiales. Pero, como el dinero se escurre de la mano de este signo, es probable que lo concerniente a la administración de lo material fuera delegado (no proyectado), a la otra cabecera de este tren, es decir a Venus, quien también se encuentra en Casa II. Venus, que en un hombre representa al ánima y que suele estar encarnada en la pareja, seguramente haya sido la encargada de defender lo propio y de ocuparse de la parte administrativa. Es probable que Venus en Aries se haya valido de sus cualidades amazónicas, imperiosas y decididas, casi avasallantes, para llevar a cabo esta tarea. (Hemos incluido algunos aspectos de su biografía, que figuran al pie de este texto y confirman nuestros análisis).
El quintil (aspecto de 72°) menguante de Venus en Aries con la Luna capricorniana –otro aspecto del ánima–, también otorgaría a nuestro personaje la capacidad de ver tanto el lado maternal como el lado femenino de su compañera, y el poder tener conciencia tanto del valor del trabajo y del súper esfuerzo en extrema soledad como del placer y el disfrute de la vida. Este talento seguramente le ha permitido distinguir el tiempo propicio para cada cosa.
El semisextil menguante entre Luna en Capricornio y Sol en Acuario (ambos en Casa I) haría que este Sol, probablemente utópico y con gran cantidad de ideas, pudiera, gracias al contacto con La Luna , materializar aquellas propuestas posibles de ser realizadas. Así, todo el caudal imaginativo que Urano, el dispositor del Sol acuariano, le otorga, no quedaría estancado en el plano intelectual. Así mismo, el Sol otorgaría liviandad a la actitud super yoica de la Luna.
El Sol también se encuentra en exilio (en Acuario), significando que la solaridad podría verse «perdida» en una red de bien común con funciones intercambiables, todas necesarias para el buen funcionamiento del sistema. Pero también este planeta podría verse teñido con algunas características arianas, ya que la Casa I es análoga al signo de Aries. Por lo tanto, si bien es dificultosa la identificación consigo mismo, también existe un impulso subyacente que tiende a lograr la conciencia de una identidad propia.
Retomando los aspectos de Marte, el trígono creciente que forma con el Sol podría generar un gran espíritu de lucha por su individualidad. Pero no podemos olvidar que ambos planetas están en exilio, y por lo tanto desterrados del ámbito donde actúan con comodidad. Un Marte en Libra y un Sol en Acuario se verán restringidos a la hora de pensar en ellos mismos, pero en este caso, tal vez entre ambos planetas logren brillar y manifestarse a través del intercambio, tanto con «el otro» como con el medio que los rodea. Evidentemente el mundo de las ideas, la creatividad y la comunicación será el ámbito más propicio donde ambos podrán actuar y desarrollarse.
Refiriéndonos ahora al arquetipo del padre en relación al Sol, podemos deducir que este planeta en Acuario estaría hablando de un vínculo padre–hijo distante, emocionalmente frío, e intermitente. Esta posición del Sol suele estar relacionada con un padre que se mueve en un mundo de ideas de avanzada, mostrando hasta una cierta rebeldía hacia lo que el mundo circundante le impone. Pero, además, puede suceder que el hijo se haya sentido intelectualmente inferior a su padre. Pero, también pensamos que un padre con características acuarianas podría haberlo habilitado en el desarrollo de sus ideas e investigaciones. Recordemos que el dispositor de este Sol es Urano, el cual brinda capacidad de innovación ante lo tradicional, la normativo y lo conocido. En cuanto a la cuadratura creciente con la Luna , ambos planetas deben ceder algo para llegar a construir una estructura sólida. La Luna es la que más tiene que aprender por ser la más rápida. Seguramente tenga que ceder algo de su autoritarismo y disciplina, mientras que Marte tal vez tenga que aprender a definirse, a tomar un camino y a seguirlo sin tener tan en cuenta el alrededor. Marte en Libra le podría enseñar a la Luna a vislumbrar más de una posibilidad y a no dar por sentadas sus certezas: aprendería a «negociar» –Libra–, arte que Capricornio desconoce, pero sosteniendo con firmeza la espada marciana gracias a este contacto. Con respecto a la Luna en Capricornio y su relación con el arquetipo de la Madre, hay una clara ausencia de contacto emocional entre madre– hijo, y una gran austeridad a su alrededor, así como una marcada exigencia para asumir responsabilidades siendo muy niño. Seguramente, los logros y éxitos profesionales habrían sido de suma importancia para su madre, si ella hubiera vivido lo suficiente. Por último, la sesqui–cuadratura creciente de Marte con Mercurio corresponde a una interfase de tensión o «punto ballena», que significa un enquiste de la conciencia en el ego. En este caso el planeta que más tiene que aprender es Mercurio (el más rápido, que está en Piscis y además en Casa I): Marte le ayudará a ser más objetivo y analítico, a no ser tan introvertido y cauteloso, reconociendo en el otro a un interlocutor válido, y a ser capaz de pelear por sus ideas, en el estilo de un Marte en Libra. Mercurio en Casa I indica una relación importante con los hermanos. Piscis es un indicador de una relación simbiótica con ellos. Si además le sumamos a Tauro en la cúspide de Casa III, podríamos pensar también en una relación sólida, estable, pero que podría sumar inercia a la simbiosis pisciana. La tensión que Mercurio tiene con Marte, es un indicador de que con los hermanos pueden haber existido fuertes peleas y/o un alto nivel de competitividad.
En la Casa II y en Piscis, encontramos a Júpiter, el gran maestro interior. Nos muestra aspectos de una persona muy emocional, compasiva y benevolente; tendría fe, y su felicidad y paz se encontrarían en el plano espiritual más que en el material. Tendría también un fuerte interés en ayudar a los demás, sobre todo a los menos afortunados y a las personas que sufren. Por estar en Casa II Júpiter nos está hablando de cierta prosperidad, ya que atraería los recursos necesarios a través de la confianza en sí mismo y su marcado optimismo. El sextil menguante que relaciona a Júpiter con la Luna , conecta a la dura y autosuficiente Luna capricorniana con la naturaleza sensible, emocional y confiada de Júpiter en Piscis; la Luna le hablaría a Júpiter acerca del esfuerzo, el trabajo y la fortaleza necesarias para ir tras una meta. Nuestro personaje, Charles Edward Darwin, fue quien desarrolló la Teoría de la Evolución del género humano, que fue reveladora y conmocionante para el mundo occidental, y marcó un cambio de paradigmas trascendental. Su infancia fue poco feliz ya que cuando su madre murió cuando él tenía 8 años; fue enviado a una escuela local, que él recuerda como lo peor que pudo pasarle a su desarrollo intelectual (de esto podría estar hablándonos su Luna en Capricornio en Casa I). Desde pequeño amó la naturaleza. Su padre, si bien era muy dominante, despertaba en él gran afecto y admiración, y sobre todo mucho respeto. Cuando hablaba de él le gustaba comenzar diciendo: «Mi padre, que era el hombre más sabio que he conocido…». Compartía con él su rechazo total por la esclavitud. Todo esto está relacionado con su Sol en Acuario en Casa I. Era el quinto de seis hermanos, y sabemos que muchos de ellos vivieron muy cerca suyo hasta el final de sus días Mercurio en Piscis en Casa I y Tauro en II). Siendo joven su padre le impuso los estudios que debía realizar: primero lo orientó hacia la medicina, pero la hipocondría del joven Charles y su desagrado por la sangre (Virgo en Casa VIII) lo hicieron desistir, ante lo cual su padre decidió que su hijo fuera ministro de la iglesia de Inglaterra. Júpiter en Piscis en Casa II tal vez le hacía otorgar poca importancia al tema del dinero, y al mismo tiempo tener la certeza de que éste nunca le faltaría, ya que la situación económica de su padre le permitía una confortable subsistencia. Tal vez por esto descuidaba sus estudios y prefería dar satisfacción a su pasión por la caza y por montar a caballo. Finalmente pudo reconocer su gusto por la geología y la biología, que lo llevó a embarcarse en un largo viaje hacia el Canal de Beagle, que duró 5 años. El bien dice que fue este largo viaje el que transformó totalmente su vida (Escorpio en Casa IX), no solamente porque aquí comenzó a hacer todas las investigaciones que más tarde lo llevaron a desarrollar la teoría de la Evolución , sino porque además le provocó un giro completo con respecto a toda su vida. Al regresar del viaje contrajo matrimonio con su prima, quien se hizo cargo de los temas económicos de la familia y de la relación con la prensa, la Iglesia y la sociedad. (Venus en Aries en Casa II). El se mantuvo apartado de la intervención directa en la controversia pública luego de la publicación de su «Teoría sobre la Evolución «. Ella fue la madre de sus 10 hijos y quien lo acompañó hasta que murió de un ataque cardíaco a los 73 años.