Constanza D. Moix
Alumna de la escuela.
Carl G. Jung sostuvo que: «…en la simbólica alquimia se expresa la problemática del proceso del devenir de la personalidad», atesoró en su personal biblioteca valiosos y antiguos libros sobre Alquimia y pudo comprender que la búsqueda del alquimista era, principalmente, la de transmutar su alma (hoy diremos tal vez «psiquismo») transportándolo de algo inferior a un desarrollo trascendente; en verdad a imagen y semejanza del Creador.
Es por esto que la primera tarea que el maestro alquimista impone al recién iniciado es encontrar su propia transformación. Porque para realizar el «Opus Alchemicum» («La Gran Obra») que implica la regeneración de la materia, es preciso previamente regenerarse uno mismo. La transmutación para manifestarse en el mundo material (oro en lugar de plomo) debe de haberse operado previamente en el secreto del alma humana, transformando el psiquismo infantil en mentalidad adulta capacitada para resolver las dificultades a las que nos enfrenta la vida cotidiana.
De esta manera y no otra se comprende que lo que los verdaderos alquimistas buscaban era la obtención de una vida armónica.
Por eso la expresión «Vitriol» era muy apreciada y diría una palabra sagrada que se usaba en los rituales de la iniciación, esconde este anagrama: «Visita Interiora Térrea Rectificando que Invenies Occultum Lapidem» (Visita el Interior de la Tierra y purificándote encontrarás la piedra oculta). Simbólicamente esto significa que sólo adquirirá verdadera sabiduría aquel que penetre en lo más hondo de su esencia; (el Inconsciente colectivo que señala C. Jung) efectuando allí una oculta labor de purificación, esto es lo que se llamó «piedra filosofal» el hombre transformado.
Esta piedra filosofal o elixir vital está producido por la adecuada y justa unión de los opuestos.
Las diferentes etapas del proceso alquímico, se vinculan directamente con el simbolismo astrológico y son especialmente útiles cuando
consideramos el significado más profundo de los tránsitos y progresiones en la Carta Natal. (La Calcinatio, La Solutio, La Coagulatio y la Sublimatio).
En la Calcinatio (Marte y Plutón): Quemar, abrasar, privar una sustancia, extraerle el agua y el gas a la materia. Sin aire sin sensibilidad, muy endurecida y rabiosa – la Gorgona – Ereshkigal) Hay un proceso de combustión, etapa conectada con el simbolismo del fuego. La idea es que el alquimista calentaba la prima materia hasta que, una vez evaporado el líquido, quedaba reducida a cenizas. Uno de los dominios de la vida donde se da en forma más característica la etapa de la calcinatio es el del amor frustrado. Si se aborda esta etapa con un mínimo de conciencia, se quema mucha escoria. Normalmente, si una persona no puede tener el objeto de su deseo, siente mucha cólera y echa culpas a otras personas o alguna circunstancia externa. Pero si al pasar por una etapa así hay un reconocimiento de su potencia y creatividad, y la persona puede tener la vivencia de ello y consigue contener su frustración y su rabia sin culpar a otros ni autoculparse, hasta que algo comienza a transformarse desde adentro, entonces una experiencia así puede llegar a ser un aporte importantísimo a la configuración de un sentimiento sólido de la identidad personal.
Es interesante el papel que C. Jung le asigna a Marte el dios de la guerra. Marte es el principio cálido, masculino y sulfuroso de la prima materia, al que representa también como un león. El león es una forma temprana y primitiva del rey, del oro alquímico, dicho de otra manera, las pasiones primitivas contienen la potencialidad de la realeza, de la individualidad auténtica; pero primero se la tiene que quemar, para que así se transmuten. Estas metáforas son sumamente útiles cuando consideramos a Marte en una Carta Natal, y más aún cuando examinamos tránsitos importantes en los que interviene Marte. El elemento de frustración es inherente a la vivencia de la pasión. Por eso es tan importante esta etapa en la vida de un individuo con un Marte que esté en exilio o caída, o en aspectos difíciles con Saturno o Plutón, o con Planetas que lo desvían como Neptuno y Venus.
El principal planeta asociado con la calcinatio es Plutón. Así como Marte representa el deseo individual, Plutón es un impulso más ciego e instintivo; no sólo nos vincula con otros seres humanos, sino también con el reino de las bestias. Plutón refleja la pasión, en el sentido del instinto de supervivencia y de reproducción, arcaico por excelencia, que posee todo organismo. Esto puede ser inquietante para un individuo que se ha disociado de sus impulsos corporales y cree haber trascendido ese tipo de cosas. A veces hay períodos en que Marte y Plutón operan juntos en una Carta. Las imágenes alquímicas son amplificaciones muy potentes que nos ayudan a entender la verdadera profundidad de un emplazamiento astrológico.
La simbología alquímica nos ayuda a entender que, por más frustrantes que puedan ser las experiencias relacionadas con un pasaje como éste, forman parte de un proceso inteligente que tiene como objetivo la individualidad, y no son un mero conjunto aleatorio de acontecimientos dolorosos.
Estos procesos alquímicos son cíclicos, pero cada vez que se vuelvan a repetir, se forma un poco más la piedra, y por minúsculo que sea el trozo, uno ya no sufre de la misma manera, ya que son los grandes acicates que nos mueven a crecer. Por lo general también la calcinatio y sus síntomas se hacen sentir en el cuerpo, en enfermedades, síntomas físicos de diversas clases aparecen con frecuencia en consultas, y son parte del proceso, el fuego arde, quema y empieza a extenderse al cuerpo cuando está atrapado en el inconsciente.
La Solutio (Neptuno). Anonadamiento–perder formas y propiedades (la conciencia del tiempo), pérdida de los planetas duros (Mercurio, Marte y Saturno). Desaparece Marte o la capacidad de enfrentar la situación, no hay acción, no hay deseo, se rompen las estructuras. La Solutio significa «disolver», también representa una muerte y una transformación como la Calcinatio, pero aquí trabajamos con el elemento agua y no con el fuego. Asociamos la Solutio con Neptuno. En el Opus se coloca la prima materia en el alambique y se la disuelve con agua; así se descompone y se desintegra. Pierde su forma definida y sus propiedades, y se vuelve parte de una mezcla fluida. Desde el punto de vista psicológico es ver la solutio como una experiencia de la desintegración de los límites del yo, que es también una experiencia de entrega. Esto no suena tan terrible como una calcinatio, y para muchas personas la solutio no es en modo alguno una experiencia angustiosa, pero para muchas otras sí lo es, en particular para aquellas que han definido con mucha precisión sus límites y temen la pérdida de control. Es frecuente que el individuo con un fuerte Saturno o muy marcado»el elemento tierra» tema la solutio, y lo mismo le puede suceder al marciano, debido a la pérdida de autonomía que lleva consigo. La sensación de los propios límites comienza a disolverse, y en ocasiones es como si a uno le faltara una capa de piel psíquica. Nos sentimos vulnerables y permeables y emergen sentimientos que amenazan con anegar nuestro yo racional. Esta etapa se puede manifestar en motivos oníricos característicos que se hacen eco de esta etapa del Opus, y siempre está presente el simbolismo del agua: el sótano que se inunda, una ola gigante que cubre toda la playa, uno sueña que va en una barca a la deriva en un mar turbulento y cosas parecidas. Por ejemplo el diluvio universal es un tema mítico que corresponde a la imagen alquímica de la solutio, y que aparece con frecuencia en los sueños cuando los tránsitos y las progresiones hacen aflorar algo muy neptuniano (en mi infancia, pupila en un colegio, había noches en que estaba presente mi alma en un diluvio y me despertaba aterrorizada, no en la cama donde dormía sino fuera del dormitorio que compartía con otras compañeras). La solutio se experimenta con frecuencia por mediación del amor, pero es muy diferente a la calcinatio. En la solutio, el amor se expresa como sumisión y entrega, la pérdida de sí mismo en la identidad del ser amado. Uno se vuelve impotente, se ve despojado de su propio YO, se funde con el otro. El alma se ha escurrido como un líquido, se ha salido de uno para confundirse con algo o alguien más. Es una vivencia muy urobórica (Uroboros es una imagen mítica del origen de la vida: la serpiente cósmica que se muerde la cola, forma el huevo del mundo, del cual proviene toda manifestación). También es la imagen del útero, y del paraíso terrenal. Estar en el uroboros significa estar en el Jardín del Edén antes de la Caída. La solutio es característico de muchos estados religiosos o místicos (monjas de clausura) dónde el mundo de afuera no existe, y aman profundamente a un Dios que las comprende. Para muchas personas, esta etapa del Opus es la experiencia de transformación más profunda de su vida, y esto es válido para personas con un temperamento saturnino o sumamente intelectual, muy influido por Mercurio y Urano. Implica una transformación muy grande para la naturaleza de un individuo con un Marte muy fuerte en su Carta acostumbrado siempre a salirse siempre con la suya. El mundo de la imaginación, el océano del inconsciente colectivo, inunda las fronteras del yo. No siempre la solutio es placentera, porque existe un estado de angustia porque se tiene la sensación de no saber donde están los pies, si en el suelo o flotando. Uno comprende que es una fuerza que no puede manejar fácilmente y que es muy difícil de contener. Sobretodo en personas débiles, que no se han formado una personalidad independiente y que siguen anhelando el útero materno y viviendo en el abrazo urobórico de la madre.
Es una especie de deseo de muerte, un deseo a la inconsciencia y a las aguas del útero. (autistas, drogadictos, fumaderos de opio, alcohólicos buscan una solutio perpetua, agorafóbicos, claustrofóbicos, los aviones, etc.).Las drogas derrumban a Saturno. Delirios místicos, estigmas, autismos (Neptuno), depresión grave, simbiosis. Etc. etc. La solutio requiere una profunda confianza en algo que no puede ser visto ni abarcado por la conciencia racional. La enseñanza religiosa se centra en la aceptación de la voluntad de Dios. Algunas personas experimentan la vivencia de la Solutio en el contexto de una unión mística o de una experiencia cumbre, otras, el tener un hijo. Para muchas mujeres el tener un hijo es una experiencia de la solutio; en ese momento están en manos de la Naturaleza, conectadas con el mundo arquetípico. Suele amarse a los niños de una manera muy distinta que a los adultos, porque hay una respuesta empática a su desvalimiento.
La Coagulatio. (Saturno) Coagulo = límite – pasaje del estado gaseoso a sólido.
Como lo explica el nombre, cuando un líquido se coagula comienza a solidificarse. Es la transformación de una sustancia hasta entonces fluida o gaseosa en una sustancia sólida; en términos psicológicos, es la concreción en la vida real de sentimientos, imágenes, emociones e ideas. No es de extrañar que se relacione a esta etapa con Saturno y psicológicamente representa un proceso de encarnación, en virtud del cual cosas incorpóreas llegan a nacer en forma física. Todas las imágenes de la coagulatio tienen que ver con esta idea básica de la encarnación. La comida y el dinero, entre otras cosas, están directamente vinculados con ella. Y todas las imágenes míticas de la encarnación van acompañadas de asociaciones con el pecado, la carnalidad, la pérdida de la gracia, la expulsión del paraíso. El mundo físico es saturnino. Está lleno de límites, problemas, fallos y separaciones, y también del júbilo por ver como el producto de nuestro esfuerzo vuelve real, tangible y gratificante la vida cotidiana. El dominio de la coagulatio es el de Adán y Eva después de haberse comido la manzana. Hay una conciencia de la culpa, del pecado, del aislamiento al haberse separado del contenedor urobórico del espíritu universal. Para el espíritu que vuela libremente, el mundo de la materia es una tumba, y es frecuente que los individuos con mucho aire o con una combinación de aire y fuego tengan una visión así de la vida. La maldad de la carne y la corrupción del cuerpo son temas que traspasan los textos alquímicos en relación con la coagulatio; estamos separados de Dios porque nuestro cuerpo es pecaminoso y encierra las semillas de la muerte (eso dicen). A los deseos del cuerpo se los considera lujuriosos y lascivos, salvajes y primitivos y por lo tanto, alienados de Dios. La crucifixión está ligada con el hecho de aceptar nuestro deseo mortal, nuestras cargas y la responsabilidad de nuestra propia vida.
El proceso de solidificación de lo que antes ha sido líquido o gaseoso es propio de los signos de tierra; es su tarea y su don natural. Estos signos se esfuerzan por manifestarlo todo, para que nada quede en el dominio en el dominio de la potencialidad ambigua. Para los signos de Aire y Fuego, el advenimiento de Saturno puede ser de lo más molesto, porque estos son dos elementos que no quieren cristalizar.
La coagulatio refleja una etapa muy esperada por un individuo; es la etapa del «darse cuenta» del «tomar conciencia» de su realidad; es la hora de tomar decisiones y tener la fortaleza necesaria para afrontar con hidalguía el cambio: una separación matrimonial destructiva, la venta de una casa, poner término a un trabajo insatisfactorio, mudarse a otro lugar o país etc. El espíritu de la persona queda limitado por la realidad. Ha llegado el momento de las opciones, y aunque se elija lo más acertado, optar significa excluir cualquier otra posibilidad.
La Sublimatio (Júpiter, Mercurio y Urano). Sublimar: (levantar en alto, elevar) Sublime: elevado, esclarecido, ilustre, magnífico).
La Sublimatio (Júpiter, Mercurio y Urano). Sublimar: (levantar en alto, elevar) Sublime: elevado, esclarecido, ilustre, magnífico). La sublimatio está asociada con el elemento aire. Con frecuencia, la simbología de la Sublimatio pone en juego pájaros o figuras aladas. Es el proceso por el cual un contenido instintivo se transforma en una imagen, y no se trata de un artificio deliberado como un ejercicio de fantasía guiada, sino más bien de una función psíquica espontánea. No podemos hacer una imagen simbólica auténtica a partir del material psíquico. La imagen se hace sola. La sublimatio puede comenzar a partir quinto Septenio, difícilmente antes.
Los seres humanos disponemos de una mente inferior o concreta (5° chakra): hemisferio izquierdo, análisis, deducción, adquisición de la síntesis = científicos, profesionales, ejecutivos. Y de una mente Superior o abstracta (6° chakra): abstraer, extraer la esencia de un significado, los principios primordiales, se desarrolla la capacidad de analogar (encontrar lo semejante en lo diferente), mitología, símbolos, arte, intuición. El desarrollo de la Mente Superior no es un proceso voluntario, sino gradual, ya que está ligado a la expansión de la conciencia, a la inspiración y a todas las facultades paranormales
La Solutio se divide en etapas:
– Entender (Mercurio).
– Comprender (Júpiter).
– Aceptar (Venus, Neptuno) aparece algo amoroso.
– Sublimar (Urano) conciliar los opuestos.
El Oro Alquímico de la sublimatio (Urano) es poder simbolizar el suceder. Acceder al plano mental abstracto (Glándula Pineal, 3° Ojo). No se abre el 3° Ojo sino se abre el corazón. Se puede trascender la polaridad, aún estando encarnados. Es el desapego más acabado. Rozar la mente divina.
Lo más frecuente es que el proceso de la sublimatio se genere a partir de una de las otras tres etapas: la calcinatio, la solutio o la coagulatio. El movimiento de la calcinatio a la sublimatio va desde el deseo frustrado de un objeto externo a la transformación de ese deseo en una imagen interna que contiene un significado y un propósito, y capacidades regenerativas para la propia vida.
Un poco de Historia: Un poco de Historia: La Alquimia pereció gradualmente en el transcurso del Siglo XVIII a causa de su propia oscuridad en su método de explicación. Lo oscuro, lo desconocido mediante lo desconocido, se avenía mal con el espíritu de ilustración de la época y, en especial, con la metodología científica de la Química , que se fue depurando hacia fines del siglo mencionado(no es el caso de exponer los motivos que los hay y son muchos e importantes), pero lo único que hicieron estas dos potencias del intelecto fue darle el golpe de gracia, pues su descomposición interna había comenzado ya de manera considerable un siglo antes cuando varios alquimistas abandonaron sus retortas y crisoles y se dedicaron a la filosofía (hermética). Fue por entonces cuando se estableció la separación entre químicos y herméticos. La Química se convirtió en una de las ciencias naturales; pero la hermética perdió la base empírica y se extravió en un campo de alegorías y especulaciones tan pomposas como carentes de contenido que vivían, simplemente, de los recuerdos de un tiempo mejor. (Psicología y Alquimia). De ahí que señalo en el encabezamiento de esta nota la importancia de Carl G.Jung que estudió como nadie las obras de los alquimistas y nos legó el entendimiento de cuál era la búsqueda de ellos transmutar su alma llevándolo de algo inferior a un desarrollo trascendente.
Dice El Kybalión: «La mente, así como todos los metales y demás elementos, pueden ser transmutados, de estado en estado, de grado en grado, de condición en condición, de polo a polo, de vibración a vibración. La verdadera transmutación hermética es una práctica, un método, un arte mental»